miércoles, 20 de marzo de 2013

Capitulo 12: Señorita




Capitulo 12: Señorita

Las piernas me temblaban cual flan y mis pulsaciones cada vez aumentaban más el ritmo. Todavía no me creía lo que acababa de escuchar. Soy tu hermana, boba. Estoy en Seúl. He venido a buscarte, me repetía una y otra vez. Por una parte me alegraba porque mi hermana era tan importante en mi vida como Taemin y Woosung, pero… No quiero volver a casa.
-Estoy en el aeropuerto y no conozco nada de lo que hay aquí ni entiendo los letreros, así que tendrás que venir a buscarme.
Yo seguía sin emitir sonido.
-Oye… Ya que nos hemos gastado el dinero nos vamos a quedar aquí un tiempo, sin el consentimiento de papá, pero creo que ya soy lo suficientemente independiente como para hacer lo que me plazca, ¿no?
¿Qué?
-Entonces… ¿No has venido para llevarme a casa?
-No.
Sentí como si mi alma hubiese vuelto a mi cuerpo y le dije que ahora mismo iba hacia el aeropuerto a buscarla. Cogí algo de dinero y bajé a despertar a los chicos para contárselo. Cuando me acerqué a ellos vi que Minho ya estaba despierto y que se había sentado en el sillón para leer un poco. Le conté que mi hermana estaba en el aeropuerto y accedió a acompañarme a buscarla. Por el camino le conté todos los detalles.
-Pero no te vas, ¿no?- preguntó.
-Claro que no. He ahorrado durante cuatro meses para venir aquí y no pienso malgastar ese dinero- un tanto avergonzada le pregunté-: ¿Podría quedarse ella también en la casa? Si no podemos irnos a un hotel o un albergue, no nos importa. Así no causaremos problemas- le dije antes de que me contestara.
-No causáis problemas. A mí me encanta tenerte en la casa- parecía que quería decir algo más pero dudaba. Tragó saliva- Y por supuesto también quiero que se quede tu hermana. ¡Queremos! No… No hablo solo por mí- tartamudeó.
Asentí feliz y le di un beso en la mejilla agradeciéndoselo. Había un gran atasco en la entrada del aeropuerto y muchas personas. Le dije que se quedase en el coche, que iba a ir a buscarla. Aparcó como pudo para no molestar al resto de vehículos y yo salí disparada hasta la zona de desembarque. Busqué entre la marea de gente en vano. Como no la encontraba comencé a gritar su nombre. Así la encontré subida a un banco agitando la mano para que la viera. Corrí hasta ella y la ayudé con la maleta.
-Me alegro de que no me obligues a volver.
-Es que quiero probar suerte con el amor como tú.
-¡Ya, claro!
Le di un abrazo y la guié hasta el coche. Cuando vio quién conducía se puso colorada. Guardé sus cosas en el maletero y las dos entramos en el coche.
-Welcome to Seúl- le dijo Minho.
-Gomawo- respondió mi hermana- Es una de las pocas cosas que sé decir- me susurró en español.
-Pídele que te enseñe. Lo haría gustoso. Le caes muy bien.
-Me moriría de vergüenza hablando con él.
Puse los ojos en blanco y me giré para mirar la carretera. Le pedí a Minho que le enseñara a mi hermana coreano, aunque solo fuera hablarlo, y accedió gustoso y contento. Estuvo sonriendo todo el camino de vuelta a la casa. Cuando estábamos a punto de llegar sonó mi móvil. Es Taemin.
-¿Qué pasa?
-¿Dónde estáis?- preguntó con tono preocupado.
-¡Lo siento! No os hemos dejado ninguna nota. Es que… Me ha llamado mi hermana que ha venido a Corea sin avisar y hemos venido al aeropuerto a recogerla. Ya estamos llegando a casa.
-Me había asustado cuando no te había encontrado por ningún sitio.
-Lo siento- volví a disculparme.
-No importa. Bueno, nos vemos en un rato.
-Annyeong.
Al llegar todo fue como cuando llegué yo. Saludos, abrazos… Le enseñamos la casa, porque ella no la había visto.
-No me puedo creer que vaya a pasar las navidades con SHINee- me dijo.
Yo sonreí y continué con el resto hasta la habitación que donde se suponía que dormiría ella. Por supuesto no había nada preparado, pero no tardaríamos mucho. Entre todos sacamos la cama de sobra que había guardada en el trastero y la colocamos en la habitación. Recogimos todos los libros de Minho, la ropa de Key y algunos dibujos de Jonghyun y los guardamos en el baúl de mi habitación.
Iban a ser las mejores vacaciones de Navidad de toda mi vida.

                                                                       ~*~

Después de asimilar la sorpresa de tener a Yong Soo en la casa y de arreglar todo, nos pusimos a preparar algo para cenar. Mientras cenábamos Hye Hoon propuse ver una película todos juntos esa noche. Unos propusieron una de miedo y solo dos personas estuvieron en contra así que decidimos la película de miedo. Esta vez nos tocó a Jonghyun y a mí lavar los platos, mientras el resto preparaba palomitas y elegían la película. Cuando lo tuvimos todo listo nos sentamos alrededor del televisor, algunos en el sofá y los dos sillones y el resto en el suelo con mantas. Al principio la película era bastante normalilla, no asustaba mucho, pero después era como si sintiera el aliento de alguien en la nuca. Hye Hoon se acercó mucho a mí y me cogió de la mano.
-¿Tienes miedo?- le pregunté al oído para no molestar a nadie y ella asintió.
Le pasé el brazo por el hombro y ella cada vez que parecía que algo iba a ocurrir escondía el rostro en mi pecho. Hubo momentos en los que hasta yo saltaba del sofá. Cuando se terminó comenzaron las típicas bromas para hacer que los asustadizos no pudieran dormir. Cuando nos quedamos Hye Hoon y yo solos en el pasillo me cogió del jersey e hizo que la mirara.
-¿Puedes quedarte conmigo esta noche? Sé que ya soy mayorcita y que parezco una niña de dos años, pero es que no soporto las películas de terror aunque sepa que son mentira, ¿vale?
-No pasa nada. Puedo quedarme.
Asintió y se metió al baño para cambiarse. Mientras tanto yo cogí mis cosas y fui a su habitación a cambiarme. Dejé la ropa sobre el baúl y me senté en la cama a esperarla. Abrió la puerta y entró corriendo a la cama. Yo la miré sorprendido.
-¿Qué? Tengo frío.
-¿Seguro que solo es por el frío?
Se quedó callada un rato mordiéndose el labio.
-Es que ya habían apagado las luces del pasillo y no veía nada.
Comencé a reírme y me metí a su lado en la cama. Ella posó la cabeza en mi pecho y me abrazó bajo las mantas. Saqué la mano y apagué la luz.

Llevábamos casi tres días seguidos ensayando a todas horas. Casi no habíamos visto a las chicas, pero nos dijeron que no nos preocupáramos, que irían al centro solas a visitar algún museo. Un día que pudimos llegar más pronto a casa y cenar todos juntos Yong Soo nos preguntó:
-Oye, ¿en Noche Vieja supongo que asistiréis a alguna gala Navideña especial o algo, no?
-Se emitirá en Noche Vieja, pero lo grabaremos un par de días antes- dijo Onew mientras se servía más sopa- Yo iré a casa de mis padres para estar con ellos.
-Sí, yo también- intervino Key.
-Todos iréis con vuestras familias supongo. Nosotras ya veremos lo que hacemos- dijo Hye Hoon.
-Podéis venir a mi casa y así conocéis a mis padres y a mi hermano- les propuse.
-No. Ya te molesto bastante aquí como para ir a tu casa a entrometerme en tu reunión familiar.
Le pellizqué la mejilla con los palillos y le dije que retirase lo que había dicho. Al final conseguí que accediese. Y estábamos hasta arriba de trabajo la última semana antes de fin de año. Yo era el que más pisaba la casa junto a Key y Minho. Jonghyun y Onew casi siempre estaba en programas de radio o televisión. Nosotros tres solíamos ir al estudio a grabar o a ensayar, excepto un día que yo decidí quedarme con Hye Hoon y dar una vuelta, aunque no pudimos salir más que a dar la vuelta a la manzana porque nevaba muchísimo. Era media tarde y no había vuelto nadie a casa. Estábamos totalmente solos, sentados en el sofá, cerca de la estufa.
-Taemin, ¿mi hermana te ha dicho por qué no quiere cenar con nosotros en tu casa?
-Sí, pero no te lo voy a contar.
Se puso de rodillas sobre el sofá y me miró suplicante.
-¿Por qué no?
-Porque debería ser ella la que te lo cuente. Además, yo tampoco sé los detalles.
Se acercó más a mí y comenzó a morderme el lóbulo de la oreja.
-¡Vamos! Dímelo o te arrepentirás.
-Si el castigo va a ser así prefiero no decir nada- dije mientras comenzaba a acariciarle el pelo. Se acercó más a mí y me obligó a inclinarme un poco. Posó una de sus manos en mi pecho.
-Tú lo has querido.
Comenzó a hacerme cosquillas mientras yo intentaba evitar sus manos. Acabé quedándome tumbado bajo ella en el sofá. Acaricié su mejilla y la besé impaciente. Con la mano libre agarré su cintura y la atraje más todavía contra mi cuerpo. Luego se separó levemente de mí y me miró llena de deseo.
-¿Haces esto para cambiar de tema y que me olvide?
-¿Por qué lo piensas?
-Pues porque…
No pudo volver a replicar porque ya estaba besándola otra vez, pero con más intensidad que antes. Para que no sintiese frío acerqué la estufa un poco más hacia el sofá y le quité el suéter. Empecé a descender por su clavícula y poco a poco me acerqué a sus pechos. Esta vez fui más rápido que la anterior. Le quité el sujetador y ella instintivamente se tapó y se sonrojó.
-No tienes que avergonzarte.
-Eso dices, pero tú también pareces un tomate.
Aparté sus brazos y besé su pecho. Sí, yo también me sentía avergonzado, pero me estaba dejando llevar por el placer. Con las manos los masajeaba y con la lengua hacía que se le erizasen los pelos. Me apartó y me quitó mi suéter. Posó sus labios insistentes en los míos y comenzó a desabrocharme el pantalón, mientras yo hacía lo mismo con los suyos. Los lanzamos detrás del sofá y jadeantes nos incorporamos. Mientras la tumbada delicadamente en el sofá y me acomodaba sobre ella, empecé a besarla descendiendo desde su cuello hasta el vientre. Cada vez que ella pasaba una de sus manos por mi espalda y la otra la enredaba en mi pelo, sentía unos calambres por todo el cuerpo. Hizo que me incorporase y se sentó sobre mí. Comenzó a besarme el cuello y a hacerme estremecer. Ascendió hasta mi boca y me besó intensamente. Se separó unos milímetros y me miró a los ojos.
-Saranghae- susurró con la voz entrecortada.
Sonreí y le devolví el beso. Empecé a quitarle las braguitas y a cubrir de besos el camino que recorrían. Sin apenas darme cuenta me lanzó de nuevo sobre el sofá y me quitó los bóxers. Me miró de nuevo antes de fundirse conmigo y comenzó a contornearse sobre mí. Posó sus manos en mi pecho mientras gemía conteniéndose. Yo  retorcía el cuero del sofá con la mano derecha mientras con la izquierda me desahogaba con el pequeño cojín de lana. Sus movimientos eran cada vez más insistentes. Por un segundo la hice parar  y volví a ponerme sobre ella. Se abrazó a mi espalda y me besó al ritmo de las embestidas que aumentaban de ritmo poco a poco. Mi cuerpo ya no podía controlarlo. Si entraba alguien estoy seguro de que lo mataría. Paramos de besarnos para recuperar algo de aliento cuando estábamos a punto de acabar. Sentí sus pequeñas uñas en mis omóplatos. Enredé una de mis manos en su pelo y para no gritar al llegar al clímax la besé apasionadamente.
Ambos caímos sudorosos sobre el sofá. Me sentía muchísimo más feliz que la primera vez. No me había dado cuenta de lo mucho que la había echado de menos hasta aquel día. Estaba más que relajado. No recuerdo cuanto tiempo estuvimos abrazados, con la manta tapando nuestros cuerpos desnudos, hasta que Hye Hoon rompió el silencio.
-Siento fastidiar el momento, pero no te vas a librar de decirme dónde va a ir mi hermana si no conoce a nadie más que a vosotros.
La miré con cara de enfado fingido y la besé antes de responder.
-De acuerdo, te lo diré. Pero que sepas que esto lo he tenido que reconstruir yo sólo porque tu hermana no me lo ha querido contar- me instó impaciente a que se lo dijera y entre risas se lo dije- Va a pasar fin de año en casa de Minho. Creo que van a salir juntos, pero no estoy seguro. Esto me lo dijo Minho. Bueno, él me contó que estaba colado por tu hermana y que le iba a pedir salir. Al parecer dijo que sí y estoy seguro de que ahora mismo están juntos, por eso no hay nadie en casa.
-¡Vaya! ¡Eso es genial!
Me abrazó por última vez y salió de debajo de mí para ponerse la ropa.
-No quiero que lleguen y nos pillen así. Deberías vestirte también.
Me incorporé e hice lo que me dijo. Arreglé un poco el sofá y coloqué los cojines en su sitio otra vez. Como ya era tarde nos pusimos a preparar algo para cenar y dejamos algo preparado por si venían los demás. Cuando terminamos nos fuimos a su habitación y cogimos el portátil.
-Tengo la sensación de que este va a ser el mejor fin de año de mi vida- dijo de repente.
-Seguro- contesté mientras besaba su frente.
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